De la ciencia y maldiciones

¡Haha! ¡Un visitante! Luis Felipe de J. Vázquez para servirle, ¿puedo ofrecerle un café?, ¿té negro?, ¿chocolate?, ¿no? ¡Ah! Veo que está aquí para charlar ¡Excelente!, ¡excelente! ¿De qué quisiera hablar? ¿De mi vida? ¡Ho! pero si no es nada interesante, está bien, está bien, ya que insiste se la cuento.

Mi nombre ya lo he mencionado, nací hace aproximadamente… ahora que lo pienso no lo recuerdo bien, pero sé que fue hace algún tiempo. Hace unos años trabajaba yo en el taller del señor Don Marco Cazares de la Roca como su aprendiz, ¡seguramente ha escuchado de él!, ¿no?, entonces dejémoslo de esa forma, resulta que cuando el pobre señor falleció yo heredé su taller. Siempre he tenido una fascinación por el trabajo del señor Tesla, ¿usted no?, ¡apostaría mi nariz a que usted también lo admira!, ¡un gran hombre e inventor!, pero prosigo, me dediqué entonces a crear, ¡esa es mi pasión!, crear todo lo que sea posible, ¡generadores, autómatas, armaduras, rayos mortales!, ¡ah cómo nos divertíamos!, en ese tiempo trabajaba con mi colega la señorita Claudia le Boursier, ella no sólo era una mujer hermosa, si usted piensa que soy alguien demente ¡ella era el mismísimo Nautilus y yo una simple barca!, aquello me fascinaba… Aún ahora cuando la recuerdo mi espíritu se llena de alegría… *me he llenado de melancolía y suspiro un poco* disculpe si dejo salir alguna lágrima rebelde, ella… ella falleció hace algún tiempo… hago lo posible por no recordarlo, por no pensar en ella, en que ya no está… pero debo hacerlo, es algo importante.

Esa fatídica noche Claudia se había quedado conmigo en la planta alta del taller, yo yacía en mi cama, débil por una extraña enfermedad que me había acosado durante días, yo no había querido informarla pero inevitablemente lo notó y decidió acompañarme hasta la mañana… ella era tan bondadosa conmigo… pasamos algunas horas charlando y riendo de muchas cosas hasta que no sé en qué momento exacto perdí el conocimiento. Me despertó de mi sopor un dolor agudo en la nuca, cuando volteé a ver qué había pasado descubrí que Claudia me había golpeado con el bastón que yo utilizaba para salir a caminar, iba a cuestionarle en porqué de su acto cuando su expresión de horror me hizo voltear hacia el otro lado, y entonces ahí estaba, cerca de mi ventana estaba parada una mujer aterradoramente bella, su cabello era casi tan rojo como sus labios, manchados de sangre, e iba enteramente vestida de negro. Aquel ser me miró, después su vista se posó en mi acompañante. Pude ver la maldad en sus ojos y saqué inmediatamente el rayo mortal tamaño miniatura que guardo bajo la cama ¡tiro perfecto! , sin embargo no podía creer lo que veía, ¡aquel ser se volvía a levantar a pesar del daño sufrido!, intenté disparar otra vez pero había utilizado demasiada energía en el primero, el ser pareció adivinarlo porque se abalanzó en contra mí, como pude salí de la cama, tomé mi vara relámpago y con un movimiento rápido lancé al ser a través de mi ventana… entonces busqué a Claudia, ella estaba tendida en el piso cuan larga era y tenía una herida mortal en la garganta, al parecer se había interpuesto entre la atacante y yo. Yo no sabía qué hacer, estaba devastado, sin duda había sido mi culpa, intenté por todos los medios estabilizarla, pero estudios revelaron que no era ese el único mal, de alguna forma presentaba heridas internas principalmente en todo el sistema circulatorio. Hice lo que pude, transfusión, recreación, estabilización, nada dio resultado. “Está bien, gracias” esas fueron las últimas palabras que escuché de ella antes de que el autómata dictara que estaba muerta. Después de eso recurrí al uso de un invento que nunca pensé utilizar en una persona a la que amaba, intenté la reanimación, pero por alguna razón no funcionó, al parecer su cuerpo estaba ya muy dañado.

Desde aquel momento comencé a estudiar las ciencias ocultas, desde el ataque la única marca visible que me quedó fueron dos pequeñas heridas en el cuello que no recuerdo haber recibido ni esa noche ni ninguna otra, sin embargo hay otras marcas que me dejó su visita, las marcas de su maldición; cansancio extremo durante las horas diurnas, dolor de cabeza al ver el astro solar (requiero usar anteojos obscuros), necesidad de transfusiones sanguíneas continuas, sed, necesidad espontánea de atacar, insensibilidad, curación rápida, crecimiento muy rápido de las uñas en la mano izquierda y aberración ante algunas sustancias con propiedades mágicas o alquímicas. Entré en el mundo de lo oculto tratando de deshacerme de la maldición, pero pronto mis intenciones cambiaron, ahora no busco eliminarla, prefiero aprender a dominarla. He logrado suprimir muchos de los síntomas que me limitaban y otros únicamente los he logrado controlar. Asimismo he descubierto habilidades que me fueron otorgadas junto con la maldición, como la Taumaturgia, por lo que es posible, según mis investigaciones, que mi atacante pertenezca al clan de los Tremere.

Y así es, sé que algún día moriré y me convertiré en uno de ellos, por lo que no merece la pena luchar en su contra, el tiempo me ha enseñado a querer la maldición y aceptarla como una parte de mi naturaleza. Sé que para cuando muera ya estaré preparado. Pero la muerte de Claudia no puedo perdonarla… no puedo perdonármela… ¡Juro que no será para siempre! ¡El experimento ya está casi listo! Lo único que necesito es un cuerpo que tenga la suficiente vida para… *dibujo una sonrisa inquietante en mi rostro* ¡Ah hola! ¡Casi me olvido de que estaba usted ahí!, ¿de verdad no le apetece un café?, está realmente exquisito… ¡bien! Ahora, si no le molesto claro, quisiera invitarle a que pase y eche un vistazo a mi laboratorio.

"clap clap clap clap"

Monsieur....Aún a sabiendas que va de por medio mi vida...acepto la invitación y nos estaremos viendo por estos lugares...

Saludos

Dr. Oliver Remi...

Un fascinante objeto de estudio para mis investigaciones antropologicas. El riesgo bien vale la pena.

¡Haha! Estoy muy agradecido por su acogedora bienvenida señorita y caballeros, al saber el estado de mi naturaleza no es frecuente encontrar personas que me acepten de esta forma, prometo ser un buen ciudadano y reprimir mis instintos hasta donde pueda.
Es un verdadero placer conocerles a todos y cada uno de ustedes.
¡Señorita Mar Oscura! No tengo más que agradecerle por su hospitalidad y colocarme a sus órdenes como caballero.
¡Ah! ¡Dr. Remi! ¡Me alegra que acepte mi invitación!, le prometo que no le pasará mucho.... *ehem* es decir, que no sufrirá daño alguno sin su pleno consentimiento y conocimiento de causa. No tiene de qué preocuparse.
¡Señor Hodson! ¡La investigación es sin duda lo que propulsa mi vida! y es un honor conocer a un gran antropólogo como su persona, cuente conmigo para cualquier caso y no tema, que bien no puede ser demasiado el riesgo como para frenar una investigación. ¿No le parece?